La bodega de los Castelló se encuentra en Langa – Ávila. Desde generaciones, esta familia elabora su propio vino.
En la actualidad, tres hermanos han recibido esa herencia y la continúan con pasión.
Bodega Viña Alondra
Bodega de Vinos de Garaje
Los hermanos Castelló son un claro ejemplo de qué significa combinar tradición y modernidad.
Ellos cuidan con mimo un viñedo familiar, apenas dos hectáreas de uva tinta fina, en el corazón de un extenso pinar.
Sus cepas se encuentran en la comarca de La Moraña, en una zona privilegiada por su climatología, lo que les permite hacer una vendimia tardía (finales de octubre), logrando una uva con un excelente nivel de maduración. Esta madurez del fruto aporta gran intensidad y cuerpo a sus vinos.
Son inquietos. Por eso, sin descartar el proceso tradicional de redondeo en botella (en bodega a temperatura y humedad constantes y sin luz), desde 2.016 apostaron por otras dos versiones diferentes para redondear sus vinos, siempre basados en la tradición.
Por un lado, han empezaron a reposar parte de sus crianzas embotellados bajo tierra. Es decir, entierran las botellas (sólo 510), entre 4 y 10 metros de profundidad, bajo el mismo suelo donde se encuentra el viñedo, con un resultado que muestra una mayor complejidad en matices.
Por otro lado, tras varios años de gestiones administrativas, consiguieron sumergir parte de sus botellas de crianza (250), en un embalse próximo a los viñedos, a 20 metros de profundidad (Embalse de las Cogotas). Se trata de un enclave donde se ubicó un castro celta, que como defiende Enrique Castelló, los celtas lo eligieron por sus buenas energías telúricas que los ayudaba a dormir y vivir mejor. Por eso confiaban en que este reposo subacuático, también ayudaría a madurar de forma muy interesante a sus vinos de crianza.
La idea se basa en los «vinos accidentales» que elaboraban sus antepasados.
De este modo se refieren a los vinos que su abuelo y su padre se llevaban al huerto en verano y los dejaban refrescar sumergiéndolos en el pozo; al ir a sacarlos, algunas botellas caían de forma accidental al pozo y, hasta que no pasaba al menos medio año y el pozo se secaba o limpiaba, no se podían recuperar esas botellas. La conclusión entre quienes lo probaban meses después era que ese vino había mejorado por el tiempo que había estado inmerso en el agua. Lo mismo sucedía cuando se rescataban botellas que habían quedado enterradas tras el derrumbe de alguna parte de una bodega. Por eso los hermanos Castelló quisieron recuperar esas experiencias y aplicarlas a sus vinos. Son formas de “recuperar el valor de lo tradicional”, según la propia bodega.
Es la primera vez que una bodega lo hace en agua dulce aunque en agua salada, hay ya al menos 6 bodegas en España que maduran sus vinos, inspirados por los estupendos vinos que se han encontrado al recuperar ánforas y/o botellas antiguas bajo el mar, de naufragios. El motivo se debe a que las condiciones ofrecidas por el agua parecen muy positivas para el óptimo envejecimiento de algunos tipos de vino: temperatura y presión relativamente constantes y el movimiento del agua, así como la inexistencia de luz y ruido.
En septiembre de 2.017, terminaron el rescate de las botellas sumergidas para su redondeo subacuático y comprobaron que sus expectativas estaban muy bien fundadas: el vino resulta más equilibrado en aroma y sabor, y envejecerá mucho mejor en botella. Se ha creado una gran expectación a nivel no sólo nacional, y no es para menos pues se trata de una primicia mundial.
Almudena Castelló (la sumiller de los hermanos) apunta que mientras el sumergido resulta más suave y con una acidez muy bien evolucionada, el enterrado posee más toques minerales.
Todos los vinos de Viña Alondra (blancos, jóvenes y crianza), se distribuyen bajo la denominación Vinos de la Tierra de Castilla y León, principalmente por el centro de España, online desde vinosdegaraje.com y además, son exportados a Alemania, Bélgica, México y Francia.
Almudena y Enrique
El toque de modernidad lo proporciona Almudena, muy vinculada al diseño y al estilistmo gráfico, aspecto que se ve claramente reflejado en la línea estética de sus vinos. Ella es la sumiller de la familia, y aporta sus conocimientos de enología en la elaboración de los vinos de Viña Alondra.
Enrique está atento a todo lo que ocurre en su viña, cuidando con esmero las cepas, además de incorporar innovadores métodos de crianza a sus vinos: crianza bajo tierra, crianza por inmersión en embalse…
Al frente de la dirección técnica y la estrategia empresarial se encuentra Luis Castelló.
Las cepas están plantadas sobre terreno franco-arenoso por encima de los 870 metros de altitud.
Cómo nació Bodegas Viña Alondra
En esta comarca, La Moraña, la pluviometría es escasa, logrando un rendimiento por cepa bajo, pero una uva de una gran calidad para el vino.
Los hermanos Castelló no utilizan las espalderas, tan extendidas actualmente, sino que optan por el cultivo en vaso ligeramente elevado en pie franco, con gran separación entre cepas. De esta forma evitan que las cepas compitan entre sí por los nutrientes, y además favorecen una mejor absorción de la luz.
Su historia es singular: comenzaron elaborando vino para el consumo familiar, tal como venían haciendo sus mayores desde hacía décadas.
Unos amigos en una ocasión probaron este vino, y quedaron tan impresionados que les insistieron en que debían plantearse seriamente su embotellado y comercialización.
Así fue como nacieron las bodegas Viña Alondra, con unos vinos que consiguen reflejar el carácter del terreno donde maduran sus uvas: aromas de resinas, procedentes de los pinos que rodean el viñedo, y toques minerales del terreno arenoso en el que enraizan sus cepas.